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Este año se tiñe de Marsala, un color que toma su nombre de la tonalidad de la tierra y los vinos de la ciudad Siciliana homónima, y que, debido a sus raíces de color marrón rojizo, emana una terrenidad sofisticada y neutral.
Desde el Pantone Color Institute sostienen también que este color enriquece nuestra mente, cuerpo y alma.
Se trata de un tono atemporal que permite múltiples combinaciones: con caqui, gris, morado, beige e incluso turquesa obtendrás un resultado absolutamente armónico.
El otoño barbarella también ha caído rendido a este color que, con sutiles pinceladas, traza algunos de los prints de la temporada.
En esta ocasión es África la encargada de adoptar una de las tendencias y adaptarla a un estilo personal, sobrio y sofisticado. Ha optado por un vestido ajustado fabricado en lurex, con un print geométrico que juega, en diferentes anchos, con líneas beige, gris y marsala sobre un fondo negro, la prueba irrefutable de que dicho color es fácilmente combinable.
Lo ha complementado con un anillo que juega con la misma gama de color y un bolso tipo clutch en color marsala, fabricado en piel y con detalle metálico con apliques de strass.
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